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El tema del tratamiento del agua desempeña un papel importante en las rutas al aire libre. En especial en recorridos más largos es difícil transportar grandes cantidades de agua, ya que no solo aumentan el peso de tu mochila, sino también el volumen de tu equipo.
Por lo tanto, cuando estás de camino te ves obligado a pensar en cómo hacer potable el agua superficial que encuentres. Como ayuda especialmente práctica han demostrado ser en la práctica varios filtros de agua para exteriores. Ocupan muy poco espacio en tu equipo y te garantizan que siempre tengas a mano agua potable fresca.
Para que estés lo mejor preparado posible para tu próxima aventura al aire libre, en este artículo te damos algunos consejos útiles sobre el tratamiento del agua. Aquí no solo descubrirás qué medios auxiliares existen para ello, sino también cómo puedes construir un filtro de agua improvisado para exteriores con el menor esfuerzo posible.
Si se tiene en cuenta que la Tierra está compuesta aproximadamente en un 70 % de agua, se podría pensar que disponemos de suficiente agua potable. Sin embargo, de la cantidad total de agua, casi un 97 % es agua salada, mientras que solo el 3 % restante es agua dulce y apta como agua potable. Además, de toda el agua dulce, alrededor de 2/3 se encuentra en forma de hielo permanentemente congelado en los polos. Por lo tanto, solo el 1 % de esta cantidad total de agua es agua dulce potable. ¡Teóricamente!
Por desgracia, la mayoría de las masas de agua que encontramos aquí están contaminadas y no se pueden beber sin filtrar. Por ello, especialmente los senderistas y bushcrafters se ven a menudo obligados a tratar el tema del tratamiento del agua.
A menudo es engañosa la apariencia de que el agua clara de lagos o ríos es inocua. Por lo general, en estas aguas se han asentado micropartículas y bacterias que pueden causar graves daños a la salud si se bebe el agua sin filtrar. Como estas impurezas y microorganismos suelen ser invisibles a simple vista, deberías recurrir sin falta a un filtro de agua para exteriores.
En particular, las aguas estancadas como lagos o estanques son un lugar de cría popular para estos microorganismos. Pero incluso en arroyos de montaña de curso rápido no puedes estar necesariamente seguro de que por debajo del manantial no haya habido contaminación. Esta puede estar causada, por ejemplo, por heces o por un cadáver.
Para que puedas empezar bien preparado tu próxima aventura al aire libre, hemos reunido aquí las impurezas más importantes que deberías filtrar del agua en la medida de lo posible.
En primer lugar, queremos mencionar las partículas en suspensión contenidas. Se trata sobre todo de finísimos sólidos orgánicos, como por ejemplo algas o material vegetal en descomposición. Estas sustancias no son en principio perjudiciales para la salud, pero en cantidades excesivas pueden causar importantes problemas estomacales.
El segundo gran factor que contamina nuestras aguas son los metales pesados. Se trata de un amplio grupo de metales presentes en la naturaleza. En el tratamiento del agua, se trata en particular de metales como el cadmio, el mercurio o el plomo. Incluso en cantidades mínimas son perjudiciales para la salud si llegan a nuestro ciclo del agua. Esto ocurre sobre todo a través de la descarga de aguas residuales o por la lixiviación de rocas y suelos en zonas mineras.
Otro motivo para utilizar un filtro de agua para exteriores son los productos químicos. Por un lado, pueden ser, por ejemplo, productos químicos de uso industrial que, incluso en cantidades mínimas, pueden ser altamente tóxicos para nosotros. A menudo, estas impurezas llegan a nuestras aguas a través de las aguas residuales. Por otro lado, también hay productos químicos que se utilizan en la agricultura. De este modo, por ejemplo, los fertilizantes llegan a nuestras aguas subterráneas, alterando el equilibrio de nuestros cuerpos de agua.
Además, por desgracia, en nuestras aguas también se encuentran diversos microorganismos patógenos. Así, por ejemplo, también pueden propagarse bacterias en lagos y similares. Estas no tienen por qué ser necesariamente malas y, en parte, contribuyen al mantenimiento de nuestro equilibrio biológico. Otras, en cambio, pueden ser muy perjudiciales y provocar enfermedades infecciosas en los seres humanos. Estas últimas se multiplican especialmente rápido en el agua, por lo que siempre deberías recurrir a un filtro de agua para exteriores. Según el tipo, las bacterias alcanzan un tamaño de unos 0,2 a 5 micras y deberían eliminarse en la medida de lo posible durante el tratamiento del agua. 1 micra corresponde a 0,001 milímetros.
En muchas masas de agua también se encuentran protozoos que pueden enfermarnos gravemente. Estos organismos unicelulares animales están más desarrollados que las bacterias y poseen un núcleo celular propio. Algunos de estos protozoos se protegen con una membrana celular rígida mientras aún no han encontrado un huésped. Dado que esta es muy resistente, debemos prestarle algo más de atención en el tratamiento del agua. Estas micropartículas alcanzan un tamaño de aproximadamente 1 a 15 micras, algo que debes tener muy en cuenta al elegir tu filtro de agua para exteriores.
Por último, el agua también puede estar contaminada con virus. Se trata de microorganismos parasitarios extremadamente pequeños que, en sentido estricto, ni siquiera son seres vivos. Más bien se trata de información genética empaquetada en una envoltura. Como los virus necesitan un huésped para reproducirse, en el caso del agua potable contaminada ese huésped seríamos nosotros. Por eso es tan importante que elijas un buen filtro de agua outdoor que elimine virus de entre 0,02 y 0,2 micras de tamaño.
Como ves, existe una gran variedad de microorganismos que no se pueden reconocer a simple vista. Para que en tu próxima ruta disfrutes mucho y, sobre todo, te mantengas sano, deberías ocuparte intensamente del tema del tratamiento del agua. Es importante que puedas separar incluso las partículas más pequeñas de los líquidos con tu filtro de agua para exteriores. En el siguiente apartado te damos algunos consejos con los que obtendrás agua potable limpia.
Antes de tratar el agua superficial con un filtro de agua outdoor comercial, deberías prefiltrarla. Así puedes eliminar las partículas en suspensión del agua turbia y separar con medios sencillos los sólidos orgánicos del agua. De este modo, tu filtro de agua no se obstruye tan a menudo y podrás disfrutar de tu equipo durante más tiempo. Para el prefiltrado del agua superficial existen distintas técnicas. Para que puedas empezar de inmediato, aquí te presentamos los dos métodos más conocidos para que los pongas en práctica.
En la primera opción puedes utilizar, por ejemplo, una camiseta o una toalla para el prefiltrado. La colocas sobre toda la superficie de un recipiente colector en el que quieras recoger el agua prepurificada. A continuación, puedes llenar una botella u otro recipiente con el agua superficial e ir vertiéndola poco a poco sobre la tela. Es importante que esperes realmente hasta que el agua haya pasado por completo a través de tu camiseta. Solo entonces puedes estar seguro de que, al retirar la tela, los restos de agua sin filtrar no entrarán en el recipiente colector.
Otro método práctico es, por ejemplo, el filtro de agua para exteriores de fabricación casera con una botella de PET. Para ello cortas la botella en el tercio superior, mientras que con tu navaja haces varios agujeros pequeños en el tapón. El resto de la botella que has separado formará más tarde el recipiente colector para el agua prefiltrada. Ahora empiezas a formar capas individuales por las que tendrá que filtrarse posteriormente el agua superficial contaminada. Para ello deberías llenar la botella con una capa de hierba, arena, grava y carbón respectivamente. Cada una debería tener unos 3 a 4 centímetros de grosor. A continuación, vas vertiendo poco a poco el agua superficial que quieres purificar en tu filtro de agua para exteriores casero. Ahora toca esperar: pasará un rato hasta que el agua prefiltrada se acumule en el recipiente colector.
En este punto queremos señalar además que en ambos métodos se trata únicamente de un prefiltrado. El agua del recipiente colector solo se ha liberado de impurezas gruesas, pero no de microorganismos. Por ello, después de estos dos métodos deberías recurrir necesariamente a un filtro de agua para exteriores. Qué opciones han demostrado su eficacia para ello te las contamos en el siguiente apartado.
Antes que nada debes tener claro que las bacterias y los protozoos son los microorganismos más extendidos en las aguas superficiales. ¡Con ellos deberías contar siempre y en cualquier masa de agua! Los virus, en cambio, se encuentran por lo general solo cerca de asentamientos humanos, cuando aguas residuales o excrementos han entrado en contacto con el agua superficial.
Para tratar tu agua y hacerla potable, existen innumerables posibilidades. Para que la próxima vez puedas empezar directamente, aquí te mostramos los métodos más conocidos de tratamiento.
Para ello queremos empezar con la variante más común y sencilla: ¡hervir el agua! Se trata de una técnica básica de survival que los seres humanos llevan utilizando desde hace muchos siglos.
La gran ventaja de hervir el agua es que la mayoría de los microorganismos patógenos mueren a partir de temperaturas de 60-70 °C y quedan eliminados del agua. Por supuesto, también aquí hay excepciones y algunos virus algo más resistentes. Por ello, debes esperar necesariamente hasta que el agua hierva y dejarla hervir a borbotones entre tres y cinco minutos.
Además, el agua hervida no permanece libre de gérmenes de forma permanente. Si se deja reposar durante más tiempo, pueden volver a acumularse microorganismos que contaminen de nuevo el agua. Por eso debes beber el agua superficial hervida en un plazo máximo de 24 horas o volver a tratarla.
Una desventaja de hervir el agua es el amplio equipo que necesitas para ello. Desde el hornillo hasta la olla y el combustible, debes llevar todo en tu equipo. Además, los metales pesados, las sustancias químicas y las partículas en suspensión no se pueden eliminar del agua mediante el hervido.
Ahora llegamos al clásico filtro de agua para exteriores, con el que puedes potabilizar el agua superficial durante la marcha. Las buenas variantes tienen elementos filtrantes muy finos y un valor de micras de 0,2. Con ellos se pueden filtrar de forma óptima las partículas en suspensión del agua. Además, gracias a ellos también se separa del agua superficial gran parte de las bacterias y protozoos.
Como los virus suelen ser considerablemente más pequeños, los filtros de agua outdoor clásicos a menudo llegan a sus límites en este caso. Por ello, te recomendamos aplicar dos métodos. Primero deberías tratar el agua superficial con un filtro de 0,2 micras y, a continuación, hervirla durante varios minutos para eliminar los virus.
Se trata de un filtro de agua para exteriores especialmente popular. Gracias a que es especialmente ligero y ahorra espacio, encuentra su lugar en cualquier equipo. Para el tratamiento del agua, con esta variante solo tienes que bombear el agua superficial que quieras purificar a través de una manguera hacia el filtro. El agua limpia puedes recogerla después mediante la segunda manguera en un recipiente. Una gran ventaja de estos filtros de agua para exteriores es el filtro de carbón activo. Este está integrado en muchas variantes de filtro y neutraliza el sabor del agua. Además, el carbón activo puede filtrar de forma fiable sustancias orgánicas del agua, de modo que, tras el tratamiento, dispongas de agua potable limpia.
Con estos medios es posible eliminar todos los microorganismos patógenos presentes en el agua, incluidos algunos virus. Sin embargo, los filtros químicos de agua tampoco pueden eliminar metales pesados ni sustancias químicas. Además, al utilizar estos productos auxiliares, las partículas en suspensión permanecen en el agua. Por ello, al usar estos filtros de agua para outdoor, vuelve a ser especialmente importante el prefiltrado del agua superficial. Este paso adquiere una importancia especial cuando se emplean productos químicos para el tratamiento del agua, ya que las partículas en suspensión limitan considerablemente el efecto de las pastillas Micropur o similares. Por eso, al aplicar filtros químicos de agua para outdoor, ¡el agua debe estar lo más clara posible!
También es importante saber en este punto que los filtros químicos de agua para exteriores necesitan un tiempo de actuación más largo para limpiar de forma fiable el agua superficial. Aquí se habla de un tiempo de entre 30 minutos y 2 horas. Esto se debe a que las bacterias y los virus se eliminan al cabo de unos 30 minutos, mientras que los protozoos se protegen con una membrana celular muy resistente y, por tanto, requieren un tiempo de actuación mucho mayor.
Una gran ventaja de los filtros químicos de agua para exteriores es su estabilidad en el agua. Como única opción de filtrado, mantienen el agua purificada libre de gérmenes hasta medio año. Otros filtros de agua para exteriores, en cambio, pierden su eficacia al cabo de pocas horas, por lo que te ves obligado a volver a tratar el agua restante. ¡Pero las ventajas no acaban ahí! También en cuanto a durabilidad, las opciones de filtrado químico convencen por su larga vida útil. Además, gracias a su pequeño tamaño de embalaje, pueden guardarse en cualquier bolsillo.
Sin embargo, hay una pequeña desventaja que no queremos ocultarte. En el tratamiento químico del agua, el cloro contenido suele notarse en el olor y el sabor. Si esto te molesta, puedes utilizar pastillas anti-cloro con las que eliminarás el olor y el sabor en cuestión de minutos.
¿Sabías que se puede liberar el agua superficial de microorganismos mediante tratamiento con luz UV? Nuestra marca líder Steripen es la número uno del mercado en este segmento y fabrica filtros de agua UV de alta calidad para exteriores. En este proceso, el ADN de bacterias, protozoos y virus se destruye mediante luz ultravioleta de onda corta. Esto impide que este tipo de microorganismos puedan seguir reproduciéndose y, por tanto, los vuelve inofensivos. Una gran ventaja de este método es su aplicación sencilla y rápida. Se calcula aproximadamente un minuto de tiempo de exposición por litro de agua. Para que el efecto de los rayos UV no se vea afectado, también aquí es importante filtrar previamente el agua y separarla de las partículas en suspensión. Al igual que los métodos de tratamiento de agua mencionados anteriormente, estos filtros de agua lamentablemente tampoco son capaces de eliminar metales pesados o productos químicos del agua.
Cuando te mueves por la naturaleza, hay algunas cosas a las que debes prestar atención para encontrar una fuente de agua en poco tiempo. Lo más obvio son, por supuesto, tus propios sentidos. Mientras buscas un cuerpo de agua, también deberías escuchar con atención si oyes el murmullo de un arroyo en las inmediaciones.
Además, tienes la posibilidad de recoger agua de lluvia. Puedes hacerlo fácilmente con una bolsa de plástico o un cubo. Sin embargo, esta variante llevará bastante tiempo, por lo que aquí queremos mencionarte otras formas de encontrar agua.
Por ejemplo, deberías fijarte en los animales y sus huellas. Algunos permanecen de forma permanente cerca de puntos de agua, por lo que suelen conducirte exactamente adonde quieres ir. Así, por ejemplo, la libélula es un animal que en todo caso puede asociarse al agua. Normalmente se aleja un máximo de 300-400 metros de sus fuentes de agua y, por tanto, es un indicador importante en la búsqueda de agua potable. También las abejas silvestres suelen permanecer cerca de grandes puntos de agua y pueden ayudarte a encontrarlos. Además, hay un ave que se asocia claramente con estanques o similares: la garza. Se alimenta principalmente de ranas o peces y es una señal de que hay un punto de agua en las inmediaciones.
Además, deberías estar atento a ciertas plantas que necesitan una enorme cantidad de humedad y que, por ello, suelen encontrarse cerca de arroyos, etc. Entre ellas se cuentan, por ejemplo, los sauces o los juncos. Asimismo, las colas de caballo suelen encontrarse en zonas húmedas, por lo que también pueden ser un indicio de un punto de agua.
En principio deberías evitar el agua de charcos y aguas estancadas. A menudo están muy contaminadas y, debido al calor del sol, pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias o protozoos. Al mismo tiempo, las hojas caídas provocan una acidificación del agua que puede acarrear problemas de salud.
Otro tabú es el agua superficial de ríos grandes. El agua suele estar contaminada con metales pesados. Además, en estas aguas también encontrarás restos de combustibles o productos químicos que llegan a los ríos a través de la navegación y la industria. Para evitar problemas de salud graves, debes evitar a toda costa el agua de estos cursos fluviales.
Como indicio de la calidad real del agua, también deberías prestar atención a los llamados bioindicadores. También se les denomina organismos guía y proporcionan información sobre la calidad de una masa de agua. Por ejemplo, las larvas de quironómidos o las lampreas de arroyo pueden ser un indicio de que el agua es de buena calidad. En cambio, si descubres una larva de mosca de cola de rata o el gusano tubícola rojo bajo las piedras del agua, ¡deberías mantenerte alejado de ella! Ambos indican una mala calidad del agua, por lo que no deberías tratar esa agua superficial.
Algunos de los filtros de agua típicos para outdoor están equipados con un filtro de carbón activo. Este es capaz de absorber compuestos orgánicos y puede mejorar así el sabor y el olor del agua estancada. Además, el carbón activo puede fijar algunas bacterias y filtrar del agua ciertos productos químicos agrícolas, siempre que se trate de fertilizantes orgánicos.
Los metales pesados son muy difíciles de separar del agua superficial con un filtro de agua outdoor. El único método realmente útil sería la destilación. Sin embargo, esta es casi imposible de realizar en la naturaleza y sin un equipo especial. Por este motivo, te recomendamos encarecidamente que evites las masas de agua cercanas a zonas industriales. Además, las aguas de las zonas mineras suelen estar muy contaminadas con metales pesados, por lo que debes evitar estas áreas cuando busques agua.
Si en tus rutas no llevas contigo un filtro de agua de exterior comprado, existen numerosas posibilidades de fabricar uno tú mismo sobre la marcha. Para filtrar, por ejemplo, las partículas en suspensión del agua, puedes recurrir a una toalla o una camiseta. En este método colocas la tela sobre un gran recipiente colector y viertes poco a poco sobre la tela el agua superficial que deseas purificar. Dado que el agua del recipiente colector ahora solo está libre de partículas en suspensión, deberías hervirla en cualquier caso. Lamentablemente, otras impurezas no pueden eliminarse con esta variante.
Otra técnica de supervivencia muy consolidada es un sistema de filtrado por capas construido por uno mismo. Para ello puedes utilizar una botella PET vacía y recurrir a todo tipo de materiales naturales. En primer lugar, deberías cortar la botella con una navaja en el tercio inferior. Mientras que la parte grande la utilizas para tu filtro, el resto te sirve como vaso para beber y recipiente colector. En el tapón haces con tu navaja varios agujeros pequeños por los que más tarde pueda gotear el agua ya tratada. A continuación, deberías formar capas individuales de unos 3 a 4 centímetros de grosor de grava, carbón, arena y hierba, a través de las cuales el agua pueda filtrarse lentamente. Ten en cuenta, sin embargo, que se trata exclusivamente de una técnica de supervivencia. Siempre que puedas, deberías hervir el agua así prefiltrada y tratarla con un filtro de agua para exteriores.
Para prevenir problemas de salud, deberías buscar siempre, en la medida de lo posible, cursos de agua pequeños y corrientes. Un arroyo te ofrece con gran probabilidad buenas condiciones para obtener agua potable tras su tratamiento. Siempre que sea posible, deberías dirigirte al manantial del arroyo. Solo así puedes estar realmente seguro de que el agua es inocua. No obstante, en principio también aquí deberías observar primero con atención el entorno. En particular, se trata de determinar si en las proximidades podría haber un cadáver de animal o residuos que contaminen el agua. Si en los alrededores no encuentras nada de esto, puedes tomar agua de ese lugar para su tratamiento.
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