Hachas y hachuelas

Un hacha pequeña consta de un mango y una cabeza que es ancha por un lado y afilada y puntiaguda por el otro. La parte puntiaguda es muy adecuada para trocear madera. Un hacha pequeña se utiliza cuando se ha recogido madera para un fuego y hay que cortarla en trozos pequeños. Para ello es imprescindible. Además, el hacha se utiliza en operaciones al aire libre para despejar matorrales densos y abrir un paso o para acortar ramas que estorban en el camino.
Las hachas pequeñas se pueden comprar en diferentes tamaños. Los modelos concebidos para uso outdoor tienen un peso relativamente bajo y un mango pequeño y manejable. Se pueden fijar de forma segura en la parte exterior de una mochila de outdoor.

Las hachas pequeñas se encuentran entre las herramientas cuyo manejo puede ser peligroso y, por lo tanto, deben utilizarse con especial precaución. En este contexto es importante que cumplan determinados requisitos de seguridad. El mango debe ser estable y no puede romperse durante su uso. Además, es fundamental que la cabeza esté firmemente sujeta al mango. ASMC ofrece hachas que cumplen estas normas de seguridad y que son ideales para su uso en exteriores. Las herramientas pueden llevarse a una misión o a una excursión, pero también son una ayuda importante en distintas situaciones al acampar. Para abrirse paso entre la maleza o construir un refugio, estas herramientas son ideales. También existen variantes especiales plegables o abatibles que, al plegarse, quedan automáticamente protegidas y la hoja deja de estar expuesta. Además, ocupan naturalmente menos espacio en el equipo. Por lo demás, toda hacha que se transporte con frecuencia debería ir acompañada de una funda, normalmente de plástico rígido. Esta se adapta específicamente a cada hacha y dispone de un cierre para que la funda no pueda deslizarse sobre el filo.

Como los mangos inestables no solo resultan incómodos al trabajar e impiden un trabajo preciso, sino que también pueden ser extremadamente peligrosos, siempre hay que asegurarse de que la cabeza de hierro esté firmemente sujeta al mango. El peor de los casos sería que, al hacer el movimiento de impulso, la cabeza de hierro saliera despedida. Para volver a fijar una cabeza suelta, se puede volver a acuñar con una cuña más grande que la anterior o introducir posteriormente una cuña adicional en la madera. La cuña metálica debe introducirse en un ángulo de entre 60 y 90°.

¿Cómo se cuida correctamente una hacha pequeña?

El mango, que suele ser de madera, debe tratarse de vez en cuando con un lasur protector para madera, de modo que dure más y no esté tan expuesto a la intemperie. Esto puede ocurrir sobre todo si se lleva el hacha en el exterior de la mochila.
Pero también la hoja debe limpiarse regularmente con lana de acero. De este modo se elimina bastante bien el óxido (superficial). Después, debe aceitarse y guardarse lo más seca posible. Además, las llamadas rebabas, que a menudo se producen al utilizar hachas para tareas que no son de madera (por ejemplo, usar el dorso como sustituto de martillo al clavar piquetas al acampar), deben limarse de vez en cuando, ya que de lo contrario solo ofrecen innecesarias posibilidades de lesión o pueden dañar el equipo.